martes, 8 de noviembre de 2011

Ringo Starr en el Luna Park

Cuando chica recuerdo que habían, entre tantos otros dos discos. Uno era For Sale, y el otro Abbey Road. Los dos decían en letra cursiva sobre la parte superior derecha “Alba”, el nombre de mi mamá y en la contratapa, con furia adolescente “George, Paul, John, Ringo”. Mi mamá amaba a George. Yo siempre elegía a Ringo.

Después, con mi hermana grabamos con una video casetera que se parecía un poco a una mesa de living por su enorme tamaño “Help” la ví un centenar de veces. Ringo y su anillo agudizaron mi preferencia por él.

Me temblaron las piernitas al entrar al Luna Park. Siempre que había ido la había pasado bastante bien (Charly García, Goran Bregovic, el Cigala), pero ayer era distinto. Lo terminé de confirmar cuando al ingresar Juan Alberto Badía, el estadio lo aplaudió, al principio muchos no llegábamos a ver quién era, y cuando nos enteramos decíamos “ok, se lo merece”

El recital de anoche era increíble, porque eran unos viejitos rockeando, pero cuando el viejito vestido de negro con zapatillas New Balance que no paraba de bailar un minuto, saltaba hasta donde estaba la batería y se sentaba ahí se me humedecieron los ojos. Era Ringo, con su particular forma de agarrar los palillos. Era Ringo, moviendo la cabecita como cuando mostraba los ojos y tenía un flequillo grande que le tapaba la frente. Era Ringo, mi Beatle preferido.

2 comentarios:

  1. Loreeeeeeeeeeeee me encantó tu relato!!!! Me encantan los Beatles, en el colegio nos hacian cantar canciones, de ahi y de mis viejos, mi amor hacia ellos ♥

    ResponderEliminar

Dale hablemos!

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...